El sistema verbal se constituye mediante estructuras, esto es, hay piezas relacionadas entre sí que, dependiendo de estas relaciones, definen al resto. Se relacionan de un modo específico y determinado. El subsistema verbal, al igual que la lengua en sí, se constituye a partir de un inventario muy amplio en el caso del español. Disponemos de formas conjugables y no conjugables; indicativo, subjuntivo, imperativo; presente, pasado, futuro, condicional; etc. Si entre ellas no hubiera relaciones de oposición, no sería un sistema rentable ni útil. Por ejemplo, en el sistema verbal español tenemos cinco formas para referirnos al tiempo pasado. Si estas fueran equivalentes, sería inútil tener tantas formas y acabaríamos por dejar de usar alguna.
Para poder ver claramente qué significa cada tiempo verbal, debemos establecer las relaciones de oposición que hay entre ellas.
La primera relación de oposición que vamos a establecer, dejando a un lado las formas verbales compuestas, se va a basar en el criterio morfológico. Éste abarca todos los morfemas: número, persona, tiempo, modo, aspecto y voz. La primera oposición clara que observamos se encuentra entre las formas conjugables (personales) y las no conjugables, ya que observamos que las formas conjugables tienen morfema de número, persona, tiempo y modo. Por el contrario, las no conjugables no indican estos aspectos.
Formas no conjugables
NO número
NO persona
NO tiempo
NO modo
Formas conjugables
SÍ número
SÍ persona
SÍ tiempo
SÍ modo
Las formas no conjugables además pueden actuar de dos formas. Tienen doble naturaleza. Pueden actuar como verbo en sí, o como nombre (sustantivo, adjetivo, adverbio).
Para seguir estableciendo relaciones de oposición es necesario saber que en toda oposición es posible reconocer un término no marcado (con mayor amplitud semántica) y un término marcado (excluye). Esto lo vemos, por ejemplo, en la relación de oposición entre el género masculino y el femenino. El término marcado designa uno de los miembros de la oposición, mientras que el término no marcado incluye ambos términos. Así que podemos decir que el término no marcado puede funcionar con el valor del término marcado. Por ejemplo: presente = presente, futuro, pasado. En este caso decimos que el término no marcado son las formas no conjugables, mientras que el término marcado son las formas conjugables.
Ahora tenemos que establecer las diferencias de las formas no conjugables (descifraremos las oposiciones que hay entre el infinitivo, el participio y el adverbio). Para ello también utilizaremos el criterio morfológico. Acudiremos a un concepto de Guillaume denominado tensión temporal, carga potencial o tiempo in posse. Es curioso observar que ha utilizado el término “tiempo” para intentar definir las formas no conjugables, que ya hemos dicho que no contienen la noción de tiempo. Pero a lo que se refiere Guillaume con estos términos sinonímicos es al aspecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario